Reseña | «Carrión I. Un canalla sin ventura» de Ángel Miranda
Con el tebeo Espadas del fin del mundo muchos descubrimos una batalla de la que no teníamos noticia acaecida en el archipiélago filipino entre españoles y los wakō (piratas japoneses). Pero también se nos dio a conocer la figura de un viejo soldado —un héroe cansado revertiano— desencantado con el trato recibido por parte de las autoridades de la Monarquía Hispánica, el palentino Juan Pablo de Carrión. Tras leer este cómic muchos nos quedamos con ganas de saber más sobre este personaje pero por desgracia de la vida de Carrión poco se sabe más allá de algún encontronazo con la justicia, su participación con Andrés de Urdaneta en el Tornaviaje y, años más tarde, de como luchó contra los piratas en los combates del Cagayán. Por lo que Ángel Miranda se embarcó —nunca mejor dicho— en la tarea de escribir una trilogía que narrase las hazañas de Juan Pablo Carrión, con una cuidada investigación y asesoramiento histórico que arrojase luz donde hubiese sombras y completar con ficción aquellos huecos que los legajos y la historiografía no puede llenar.
Y aquí tenemos el primer volumen de esta serie de novelas históricas Carrión, un canalla sin ventura que narra la vida de Juan Pablo de Carrión desde su infancia en el pueblo palentino de Carrión de los Condes, donde será recogido y educado por la familia del futuro virrey de la Nueva España Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón, y como acabará malviviendo al entrar al servicio de Miguel de Almansa, un buhonero del que aprenderá las picardías necesarias para abrirse paso en este valle de lágrimas. Más tarde llegarán ambos a Sevilla donde Juan Pablo conocerá a otro personaje importante y crucial en sus años de formación, el joven pescador Pedro, que bautizará al joven Carrión como Sardino y le dará sus primeras enseñanzas como marinero y además le incitará en su momento a embarcar como grumetes en la expedición de Elcano a las islas Molucas en busca de fama y fortuna.
La novela se puede dividir en tres partes —o así al menos así lo veo yo—. Una primera parte inspirada por la novela picaresca en la que se nos narra los primeros años de Juan Pablo en Carrión de los Condes y más tarde en su deambular por las tierras de España en la que hay reminiscencias del ciego del Lazarillo de Tormes en la figura del buhonero que educa de una manera sui generis a Carrión y de Rinconete y Cortadillo en las correrías de nuestro protagonista junto a Pedro por la fluvial Sevilla y más tarde como pescadores en Huelva; una segunda parte en la que estos dos pequeños bribones se embarcan en la Segunda expedición a las Molucas donde la historia se convierte en una novela naval en la que se narran los infortunios que vivieron durante la travesía. Aquí Miranda se revela como un enamorado de la navegación y demuestra que domina a la perfección el léxico marinero, y aquí convendría apuntar que esta parte la disfrutarán especialmente todos aquellos que se han embarcado anteriormente con otros capitanes como Patrick O’Brian y su serie de novelas de Aubrey-Maturin o con Arturo Pérez-Reverte en Cabo Trafalgar o Corsarios de Levante. Y una tercera parte en la que se cuentan las aventuras y desventuras que viven en el archipiélago de las Molucas que ya parece más una crónica de indias en la que serán de vital importancia las alianzas con los nativos para poder sobrevivir en su pugna con los portugueses.
Esta novela está narrada en primera persona por un locuaz y deslenguado Carrión —creo que pocas veces he visto a alguien blasfemar más veces por párrafo—. Y es que uno de los detalles más importantes de la novela es el léxico usado en la misma —además de la jerga marinera que tan bien domina Ángel Miranda— como intenta imitar el modo de escribir del siglo XVI y hacerlo ameno para el lector actual sin perder el sabor del habla de la época —intentando algo parecido a lo que hizo Pérez-Reverte en Las aventuras del Capitán Alatriste—, y es evidente que está familiarizado con las memorias de soldados españoles como el celebérrimo Discurso de mi vida del capitán Alonso de Contreras. También es importante remarcar el trabajo de documentación y el asesoramiento que ha recibido de historiadores para ser lo más fiel a la expedición y a la ambientación de la época. Dicho esto, es importante señalar que es una obra de ficción y que hay licencias dramáticas para situar a Juan Pablo de Carrión en Sevilla o en la expedición a las Molucas o en el origen de su difícil relación con Andrés de Urdaneta, además de hacer guiños que remiten a clásicos de la literatura española que el lector identificará fácilmente.
Esta primera entrega de la trilogía de Carrión acompañamos a Juan Pablo de Carrión desde su infancia —donde ya apuntaba maneras de rufián y canalla— y le dejaremos hecho prácticamente un joven curtido en mil batallas. Al fin y al cabo esta novela es una excusa para fabular sobre los orígenes de Carrión y Ángel Miranda hila muy bien todos los elementos que tiene a mano para explicarnos como un palentino sin ninguna relación —que sepamos— con el mar llegó a ser un avezado marinero que estuvo en uno de los descubrimientos más importantes para la Monarquía Hispánica como fue el tornaviaje, ruta marítima que unirá Manila con Acapulco —hecho que veremos en las próximas entregas de la serie—. Pero, ¿es verosímil que Carrión corriera todas estas aventuras tan pequeño? No lo sé, como nos revela Miranda, no hay constancia de que Carrión se embarcara en la expedición a las Molucas, pero sí sé que ésta es una novela de aventuras divertida pero al mismo tiempo ambiciosa en su recreación histórica, y sinceramente creo que Miranda ha encontrado un buen equilibrio entre contar con rigurosidad unos hechos históricos sin tener que renunciar al divertimento. Pero lo mejor de la obra para mí es el contraste del joven Carrión todavía inocente narrado por un anciano y desencantado Carrión como el que cuenta una historia con el crepitar de la leña al fuego.
Teniendo en cuenta que es la primera novela —que yo sepa— que ha escrito su autor, el resultado es bastante positivo. Miranda construye bien la narración y la lleva a buen puerto a pesar de las tormentas y marejadas que ha podido encontrar a su paso. No obstante creo que lo mejor de esta trilogía está por llegar, que Carrión irá madurando y con él —imagino— la narración se irá haciendo más amarga, más ácida y sus venturas y desventuras serán más emocionantes. Por lo tanto cuando Ángel Miranda tenga a bien volver a embarcar a Juan Pablo de Carrión en una nueva aventura yo volveré a colarme de polizón en su nao para poder leerla.
Ficha técnica:
Título original: Carrión, un canalla sin ventura
Autor: Ángel Miranda.
Número de páginas: 324.
Editorial: Roberto Miranda Vicente.
Año: 2021.
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