Reseña | «La pesca de la trucha en América» de Richard Brautigan

Richard Brautigan (1935-1984) fue un escritor norteamericano nacido en Tacoma, estado de Washington, en el seno de una familia disfuncional que vivía en la más absoluta pobreza, no llegó a conocer a su padre y, a la edad de nueve años, su hermana y él fueron abandonados durante dos días en un motel por su madre, hecho que parece ser le marcaría de por vida. A los veinte años, y tras arrojar una piedra a una comisaría, fue recluido en un psiquiátrico donde se le diagnosticó esquizofrenia paranoide y depresión y se le trató con electrochoque. Tras salir de allí y pasar un breve periodo de tiempo con su madre y su padrastro se mudó a San Francisco donde empezó a escribir poemas para intentar ganarse la vida como escritor pero sus intentos fueron infructuosos hasta que, finalmente, en 1957 le publicaron su primer poemario.

En la década de los 60 Brautigan estuvo muy implicado con el movimiento contracultural participando en grupos de teatro, recitales poéticos, conciertos o colaborando con la revista Change o con el grupo de activistas The Diggers. En 1961 terminó sus dos primeras novelas durante una acampada con su mujer y su hija al sur de Idaho, Un general confederado en Big Sur, publicada en 1965 y que no tuvo ningún tipo de repercusión, y La pesca de la trucha en América, publicada en 1967 y que fue todo un éxito de crítica y ventas, encumbrando a Richard Brautigan como un icono de la contracultura y del hippismo. Al año siguiente publicó En azúcar de sandía y en 1974 llegó a las librerías El monstruo de Hawkline, pero ni con estos ni con sus sucesivos trabajos volvió a lograr el éxito ni la repercusión alcanzadas con La pesca de la trucha en América. Esto unido a sus problemas psiquiátricos, a un alcoholismo que llevaba arrastrando durante prácticamente toda su vida, a sus problemas maritales y sus sucesivas relaciones extramatrimoniales, fue un cóctel de ingredientes que en el inestable escritor de Tacoma terminó en suicidio en 1984. Pero Richard Brautigan dejaba este mundo con 10 poemarios y otras tantas novelas escritas (una publicada póstumamente) y habiendo influenciado a otros notables escritores como al japonés Haruki Murakami, autor de 1Q84, o al inglés Neil Gaiman, guionista de la celebérrima novela gráfica Sandman, ambos declarados entusiastas de la obra de Brautigan.

Sátira de la sociedad americana de su tiempo, La pesca de la trucha en América está trufada de ironía y humor negro que convierten la lectura de este libro desconcertante en una experiencia divertida y muy gratificante, pero al mismo tiempo la obra tiene un poso melancólico que hace de contrapunto a ese humor. Y aunque el título del libro pueda llevar a engaño, porque no es un tratado de pesca pero tampoco es exactamente una novela, por el carácter abstracto de la obra y por la falta de una línea argumental clara hacen que esta obra sea tan sui generis que resulte casi imposible encuadrarla dentro de las corrientes literarias convencionales. El libro está compuesto de 47 capítulos, o retazos, cada uno con una extensión diferente, pero siempre muy breves, con historias que no tienen nada que ver las unas con las otras; pero con tres líneas temporales claras pero yuxtapuestas a lo largo del libro: la infancia del narrador, su vida en San Francisco y una acampada al sur de Idaho junto a una mujer y una niña. La obra está plagada de personajes y situaciones recurrentes que aparecen una y otra vez en los distintos capítulos, pero lo que llama poderosamente la atención es que el autor utiliza el sintagma «La pesca de la trucha en América» con diferentes modos y significados: es la pesca en sí, es el nombre de un personaje, el título del libro, es un lugar, es un objeto, etc. reduciéndolo al absurdo y de tal forma que únicamente el contexto nos da la clave para descifrarlo.

La pesca de la trucha en América es una obra inclasificable y que se presta a multitud de interpretaciones, reinterpretaciones, parábolas, etc. pero puede que el sentido que Brautigan quiso darle a la obra sea más sencillo que todos los comentarios o análisis que podamos hacerle. Puede que solo quisiera hacer una crítica a la cultura americana a través de un mero divertimento, o decirnos que la pesca nos lleva a un locus amoenus y a la vida bucólica, a los bosques y los ríos atávicos frente a la sociedad industrial y las ciudades que alienan a los hombres y también desvirtúa el sentido de las cosas. O puede que esto último que acaban de leer sea una tontería y no tenga nada que ver con lo que pretendiera su autor y solo pretendiera terminar una novela con la palabra mayonesa.

¿Tiene sentido leer La pesca de la trucha en América en los albores del siglo XXI? Desde el momento en que fue publicada, fue clasificada como una obra de culto de la contracultura y el hippismo, pero su humor al estilo de Mark Twain y la estupefacción que produce su lectura siguen frescos y vigentes al igual que En el camino de Jack Kerouac, Aullido de Allen Gingsberg o el cancionero de Bob Dylan; de tal manera que con el correr de las décadas ha seguido cosechando acólitos hasta tal punto que en Estados Unidos se ha bautizado a un niño con el nombre «Trout Fishing in America» y otro varón se ha cambiado el nombre por el título de la obra, allá donde esté Richard Brautigan debe de estar riéndose a mandíbula abierta.

Ficha técnica:

Título: La pesca de la trucha en América.

Título original: Trout Fishing in America.

Autor: Richard Brautigan.

Traducción: Pablo Álvarez Ellacuria.

Número de páginas: 168

Editorial: Blackie Books

Año: 2017

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