Reseña | «Las brujas de Salem» de Arthur Miller

Arthur Miller (1915-2005) es posiblemente junto a Tennessee Williams el dramaturgo estadounidense más famoso del siglo XX. Nacido en Nueva York en el seno de una familia judía de clase media, estudió periodismo en la Universidad de Michigan, durante esta época escribió sus primeras obras de teatro. Tras graduarse rechaza una oferta para trabajar de guionista para la 20th Century Fox y se unió al Federal Theatre Project, una iniciativa adscrita dentro del New Deal promovida por el gobierno de Franklin D. Roosevelt para fomentar las artes escénicas en la época de la Gran Depresión, pero tras cancelarse el proyecto por sospechas de que se habían infiltrado agentes comunistas, Miller volvió a Nueva York donde trabajaría escribiendo guiones de radioteatro.
En 1940 se casó con Mary Grace Slattery con la que tuvo un hijo y una hija, fue eximido de servir en el ejército durante la II Guerra Mundial debido a una lesión de rodilla y, en ese mismo año, estrenó la obra Un hombre de suerte (The Man Who Had All The Luck) que fue retirada del cartel tras solo cuatro representaciones y varias críticas negativas. Tendría que esperar hasta 1947 para tener un éxito teatral con Todos eran mis hijos (All My Sons), obra con la que ganaría su primer premio Tony al mejor autor y con la que se labra un nombre como dramaturgo. A este éxito le seguirían la mítica Muerte de un viajante (Death of a Salesman, 1948), Las brujas de Salem (The Crucible, 1953), Panorama desde el puente (A View from the Briedge, 1955) o Después de la caída (After the Fall, 1964).
La decada de los 50’s fue turbulenta para el autor neoyorquino, en el contexto de la Guerra Fría y del Macartismo, el director de cine Elia Kazan compareció ante el Comité de Actividades Antiamericanas y dio el nombre de ocho miembros del Group Theatre a los que acusó de estar afiliados al Partido Comunista. Ante estos hechos, Miller escribió su obra Las brujas de Salem para denunciar, entre otras cosas, que la paranoia anticomunista estaba llevando al país a la perdida de derechos y garantías legales. Poco después del estreno de esta obra Miller fue citado para declarar ante el comité y condenado, aunque después exonerado, por desacato al negarse a dar nombres de miembros del Partido Comunista. Se divorció de su primera mujer y se casó con la actriz Marilyn Monroe, un matrimonio que duraría 5 años. En 1964 se casó con su tercera y última esposa, la fotógrafa de la agencia Magnum Inge Morath, matrimonio que duraría hasta la muerte de ésta en 2002.
Las brujas de Salem es una tragedia escrita en cuatro actos en la que Miller se sirve de la caza de brujas ocurrida en Salem a finales del siglo XVII, aunque tomándose algunas licencias dramáticas, para hacer una analogía entre aquel suceso con el ambiente de paranoia anticomunista y la represión ejercida por Comité de Actividades Antiamericanas y encabezada por el senador por el estado de Wisconsin Joseph McCarthy. El primer acto se sitúa en un pequeño de la casa del reverendo Parris, donde yace inconsciente su hija Ruth. La noche anterior Parris sorprendió a su hija, a su sobrina Abigail Williams y a otras chicas de Salem, junto a su esclava Tituba, bailando desnudas en el bosque alrededor de una hoguera celebrando un ritual pagano. El rumor de que estaban celebrando un aquelarre vuela por todo el pueblo, por lo que Parris temiendo perder su puesto de reverendo interroga a su sobrina Abigail, la cual dice que únicamente estaban bailando. Pero ante la presión del matrimonio Putnam, Parris revela que ha hecho llamar al reverendo John Hale, un experto en brujería, para acallar los rumores. En realidad Abigail Williams y las demás muchachas estaban haciendo un conjuro para que muriera Elizabeth Proctor, esposa del granjero John Proctor con quien Abigail había cometido adulterio mientras trabajaba como criada en su casa antes de que Elizabeth lo descubriera y la echara de casa. Mientras suena un salmo Ruth Parris empieza a chillar. Tras su llegada el reverendo Hale comienza su investigación y al empezar a aflorar la verdad de lo que ocurrió en el bosque, Abigail Williams acusa a la esclava Tituba de obligarla a beber sangre y el reverendo Parris amenaza a Tituba con azotarla si no confiesa la brujería, Tituba acaba confesando y acusando a otras personas de pueblo, así comienza en Salem la psicosis…
En Las brujas de Salem Arthur Miller hace una analogía entre la asfixiante sociedad puritana del Massachussetts del siglo XVII y la sociedad estadounidense después de la II Guerra Mundial y su miedo al comunismo. La caza de brujas que se inició en 1950, sus listas negras, el recorte de libertades, la abolición de la presunción de inocencia, la obligación del acusado de delatar a otras personas para salvar su cuello, etc. Miller expone como en momentos de histeria colectiva, ya sea por el miedo Satán o por el miedo al comunismo, habrá gente que aprovechará la oportunidad para saldar sus cuentas personales, quedarse con la granja del vecino o acumular poder. Pero también la obra de Miller es una oda al honor y a la libertad individual, John Proctor, al igual que el propio autor, se negó a declararse culpable y delatar a otros conciudadanos. Mientras que su mujer Elizabeth es fría y virtuosa, Proctor, lejos de ser una persona ejemplar (pues cometió adulterio con Abigail que representa la carnalidad) es una persona al que la culpa por sus pecados le corroen las entrañas, y aunque en un principio intenta mantenerse al margen de los juicios luego encuentra la redención mediante el ejemplo de los que murieron sin declararse culpables ni delatar a otros por salvar el cuello.
Esta obra de Arthur Miller ha sido representada por todo el orbe y ha sido llevada al cine en dos ocasiones, la primera en una producción francesa dirigida por Raymond Rouleau, con Yves Montant como John Proctor, Simone Signoret como Elizabeth Proctor y Mylène Demongeot como Abigail Williams, con guión de Jean-Paul Sartre, que lleva la adaptación más al terreno de la lucha de clases. En 1996 se estrenó la segunda adaptación de Las brujas de Salem con dirección de Nicholas Hytner, con Daniel Day-Lewis (casado con la hija del autor) como John Proctor, Joan Allen como Elizabeth Proctor y Winona Rider como Abigail Williams, con guión del mismo Arthur Miller; una adaptación correcta con un guión y un reparto que en manos de un director con más flema hubiera dado un gran clásico. Por otro lado es interesante mencionar que Elia Kazan, amigo de Arthur Miller, dirigió La ley del silencio (On the Waterfront, 1954) un portento narrativo en que mediante una historia de hampones que explotan a los estibadores portuarios justifica sus delaciones a compañeros ante el Comité de Actividades Antiamericanas.
Ficha técnica:
Título: Las brujas de Salem.
Título original: The Crucible.
Autor: Arthur Miller.
Traducción: José Luis López Muñoz.
Número de páginas: 272
Editorial: Tusquets
Año: 2013
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