Reseña | «Persépolis» de Marjane Satrapi
La primera vez que oí hablar de Persépolis, la obra maestra de la historietista iraní Marjane Satrapi, fue en la universidad, en un cartel de un ciclo sobre el filósofo Gilles Deleuze y el cine en el que pasarían diferentes películas y después se realizaría una mesa redonda donde habría un diálogo sobre las obras proyectadas y el pensamiento de Deleuze. No recuerdo qué otras películas hubo en aquel ciclo al que, por algún motivo que no logro recordar, finalmente no asistí —por lo que poco o nada puedo apuntar aquí sobre la relación entre la novela gráfica de Marjane Satrapi y la filosofía de Gilles Deleuze—, pero recuerdo nítidamente el título Persépolis.
En Persépolis Marjane Satrapi nos trae una historia autobiográfica dividida en cuatro partes, que se enmarcaría en el género coming-of-age, en la que está historietista iraní relata su infancia en Teherán en los últimos días del régimen del Sha de Persia, durante la Revolución Islámica de 1979 y en la —entonces— recién creada República Islámica de Irán. Los padres de Marjane son progresistas y están muy politizados y se implican en las manifestaciones, incluso en un primer momento ven con optimismo y esperanza la revolución, pero pronto se desvanecen sus esperanzas cuando la situación social y política del país empeoran y el ayatolá Jomeiní llega a Irán para tomar el poder. Ante esta nueva realidad surgida tras la revolución la pequeña Marjane tendrá que lidiar con nuevas políticas sociales que imponen a las mujeres la obligatoriedad de llevar el hijab, la segregación de sexos en espacios públicos, las restricciones en las relaciones entre hombres y mujeres, las consecuencias de la guerra entre su país y la vecina Irak; y más adelante, cuando entre en la adolescencia, a todos estos problemas tendrá que añadirle los problemas derivados de ser una adolescente en Teherán y, más adelante, una expatriada en Austria.
Marjane Satrapi nos muestra la revolución islámica iraní desde el punto de vista de una niña, más tarde del de una adolescente y finalmente desde la perspectiva de una joven adulta. Plantea en Persépolis muchos temas de una forma muy inteligente como la situación de las mujeres en Irán, la falta de libertades políticas y sociales, la alineación de los expatriados, la identidad cultural, el amor y el desamor o la familia. En estas páginas conocemos su contexto familiar y religioso, sus padres son de clase media o alta, progresistas, bastante occidentalizados —Marjane estudia en el Liceo francés—, beben alcohol y están muy politizados. Su abuela es, junto a sus progenitores, un espejo donde poder mirarse y a lo largo de esta novela gráfica le dará muchas lecciones de vida, a la que Marjane llega a decepcionarla profundamente en cierto momento. Otro personaje que será crucial en el devenir ideológico de Marjane será su tío Anush, un activista comunista opositor al Sha, que, a su regreso a Irán de su exilio en la Unión Soviética, influirá decisivamente en su sobrina políticamente y que su condena a muerte por el régimen de los ayatolás sellará el fin de la inocencia de esta niña y destruirá su creencia en Dios. Sin embargo, aunque su padre y su tío Anush tienen un impacto positivo en ella, los hombres ajenos a la familia son generalmente ejercen una influencia nefasta en Marjane, en concreto dos de sus novios, de las que ella se enamora ciegamente. Y es que durante su adolescencia y juventud Marjane necesita a tener pareja para sentirte realizada, y sus crisis vitales siempre coinciden con el deterioro de estas relaciones sentimentales.
El nombre de esta novela gráfica hace referencia a la antigua capital del Imperio aqueménida que en griego antiguo (Περσέπολις) quiere decir «ciudad de los persas», evocando la antigua grandeza y esplendor de la civilización persa en contraste con la laberíntica situación en la que se ve atrapado su pueblo desde 1979. El personaje de Marjane sufre una evidente evolución y pasa de ser una niña rebelde, traviesa, imaginativa y llena de vitalidad que se siente atraída por el punk, a ser una adolescente apática y nihilista con muchas carencias afectivas que en un principio reniega de sus orígenes iraníes, aunque más tarde tome conciencia y se enorgullezca de sus raíces, o sienta que su alienación por su expatriación es tal que finalmente no encaje en Europa al ser iraní ni tampoco en Irán al estar demasiado europeizada. El feminismo también es una pieza clave en el pensamiento de Marjane, siendo desde muy temprana edad muy contestaría y sacando a relucir el peso o la culpa moral que cargan a las mujeres mientras no ocurre siempre mismo con los hombres.El dibujo de Persépolis es sencillo pero muy expresivo, gracias a un austero uso del blanco y negro, con muy poco llega a transmitir mucho. A lo largo de las cuatro partes en que está dividida esta obra, su estilo evoluciona y de un trazo simple y esquemático se vuelve algo más detallado, especialmente en el dibujo de fondos y personajes, esto podría interpretarse como que la forma de ver el mundo por parte de Marjane va cambiando a medida que va creciendo. En este sentido, puede verse cierta influencia de la línea clara de la bande dessinée francobelga en el dibujo de Satrapi, ya que el trazo sencillo y directo del dibujo de esta historietista no sólo ayuda a enfatizar la fuerza de la historia que quiere contar, sino que también es una forma de hacer su obra accesible a casi todo tipo de público lector. Se pueden apreciar tanto en el dibujo como en la forma de narrar el impacto que ejercieron sobre la autora algunas obras como Maus de Art Spiegelman, la serie de libros El pequeño Nicolás de Jean-Jacques Sempé y René Goscinny o Epiléptico. La ascensión del gran mal de David B.
En 2007 la propia Marjane Satrapi junto a Vincent Paronnaud estrenaron la adaptación al cine de Persépolis en forma de película de animación que, al igual que la novela gráfica, fue todo un éxito rotundo de crítica y público, alzándose además con el Premio del Jurado del Festival de Cine de Cannes de 2007 (ex aequo con la película mexicana Luz silenciosa de Carlos Regadas). En esta adaptación cinematográfica Satrapi y Paronnaud capturan perfectamente el espíritu de esta bande dessinée y lo vierten al formato cine de una forma exquisita y que, con variantes mínimas en la trama o en su cronología, su ejecución y su animación son una delicia. Esta adaptación cinematográfica de Persépolis sigue siendo un clásico del cine de animación para adultos a la altura de la calidad de la obra a la que adapta, con una animación brillante pero sobria.
Persépolis es algo más que una sucesión de anécdotas en viñetas o un cómic autobiográfico —que también lo es—, Satrapi logra crear una obra que habla de una historia colectiva partiendo de una experiencia particular y es al mismo tiempo el testimonio del declive de uno de los países más prósperos de la zona, no sólo por la revolución islámica, sino por toda una década de guerra con la vecina Irak y la pérdida de libertades de las mujeres iraníes. Los dos primeras partes de Persépolis son con diferencia las mejores de esta novela gráfica, la tercera parte baja un poco la calidad del relato con una historia algo más introspectiva y nihilista que sirve para mostrar al lector , pero la parte final cierra de una forma impecable la historia de Marjane Satrapi. Esta novela gráfica es uno de los primeros clásicos que nos ha dejado este siglo XXI y que ha sido traducida a más de cuarenta idiomas. Además, el impacto de esta novela gráfica entre los opositores al gobierno de Teherán ha sido tal que en 2009 dos exiliados iraníes crearon Persépolis 2.0. un webcomic de apenas diez páginas a modo de denuncia por la reelección ese mismo año como presidente de Mahmud Ahmadineyad en el que cambiaron el texto de algunas de las viñetas de la obra de Marjane Satrapi. En conclusión, las críticas laudatorias que ha recibido a lo largo de los años Persépolis no parecen para nada exageradas, ya que es una novela gráfica fascinante a la que el paso del tiempo ha tratado muy bien, que sigue manteniendo la misma fuerza y vigencia que cuando fue publicada por primera vez hace más de veinte años y que además ha creado escuela siendo una influencia capital en cómics autobiográficos con una buena dosis de crítica social, política y sobre la cultura islámica contemporáneas como El árabe del futuro de Riad Sattouf, El juego de las golondrinas de Zeina Abirached, El buen padre de Nadia Hafid, Las amapolas de Irak de Brigitte Findakly y Lewis Trondheim o Yogur con mermelada o cómo mi madre se hizo libanesa de Lena Merhej.
Ficha técnica:
Título original: Persepolis.
Autora: Marjane Satrapi.
Número de páginas: 352.
Traducción: Carlos Mayor.
Editorial: Reservoir Books.
Año: 2020.
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